Es una fecha en la cual los colombianos nos reunimos en familia para encender luces y velitas en el ante jardín, elevamos oraciones y pedimos por la paz de nuestro país.
En este 7 de diciembre al encender una vela, me conecto con las miles de personas que en el país hoy elevan sus plegarias para que:
No haya más vidas segadas por la guerra.
No haya más tumbas sin rostro y sin nombre.
Recuperemos la dignidad de la vida y de la muerte.
No haya más abrazos aplazados esperando a los cautivos y cautivas.
Las fosas comunes no sigan tragándose a los sueños de miles de colombianos y colombianas.
Nos demos la oportunidad de sanar las heridas y aprender de las cicatrices.
No renunciemos jamás a reconocer nuestra humanidad y la de toda criatura.
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