MI SANGRE .…TAMBIEN TIÑE DE ROJO NO DEL COLOR DEL ARCOIRIS

Comparto esta fenomenal apreciación del señor Wilson Castañeda activista de la comunidad LGBT de Medellín - Colombia. Creo que luego de leer este artículo muchos homosexaules nos sentimos identificados y vemos como la "lgtbfoba" como lo llama el Sr Wilson, es mas profunda de lo que muchos creen.
Gino

MI SANGRE AUNQUE PLEBEYA…TAMBIEN TIÑE DE ROJO.
Por Wilson Castañeda Castro
<castanedawilson@une.net.co>

Por el exceso de noticias nacionales de estos días, nos hemos perdido una discusión, que si bien parroquial pienso que para la Población LGBT plantea un tema preocupante; nuestra imposibilidad de ser donadores de Sangre. Restricción que si bien existe en casi todo el mundo por políticas de la Cruz Roja Internacional; a prendido otra vez las alarmas sobre la dialéctica normatividad – discriminación con el reciente caso de Tailandia, donde, ante una cantidad peticiones de la comunidad homosexual de donar sangre, la cruz roja, negó la posibilidad por considerarla de alta peligrosidad; acción que los defensores de derechos humanos de Tailandia calificaron de discriminación sexual; en su opinión, la organización humanitaria 'no debería aplicar una prohibición total porque la mejor opción (para evitar los contagios de sida) no es limitar los derechos de los ciudadanos'.En su defensa, La Cruz Roja, señaló que cuenta con grandes cantidades de sangre inutilizadas al estar contaminadas con el virus del VIH, causante del sida, la mayor parte procedente de hombres que habían mantenido relaciones sexuales con otros hombres sin usar preservativo.

Hablando con los miembros de la Cruz Roja en Medellín, acusan que por medidas de seguridad, las encuestas dejan clara la condición sexual de los donantes, como medida de depuración, para evitar los peligros a los destinatarios finales; pues si bien la donación es un ejercicio voluntario que realiza la ciudadanía y es competencia de la cruz roja su examen y revisión, para evitar contagios, con las personas que practican relaciones homosexuales es mejor negárselas pues se va casi a al fija por su alto grado de promiscuidad”

Al compartir esta noticia con asombro con algunos amigos, las anécdotas no se hicieron esperar, eso si, todas y todos con historias parecidas, de negación o prohibición cuando en momentos de emergencia familiar, al intentar donar sangre son descartados al responder la pregunta 9 de la consulta: ¿ha tenido o tiene relaciones homosexuales. Inquieto por esta situación, me dirigí a un hospital de la ciudad, uno que hace gala como reza su eslogan, de que “tiene alma”… la enfermera me recibió con profunda satisfacción por mi generosidad que incluso por un momento me permitió sentirme un héroe, cuando me dijo que salvaría una vida y que era el acto más noble que yo hacia…comenzó a diligenciar la encuesta, en la que me pidió que actuara con sinceridad y efectivamente lo hice.

Cuando llegó al punto nueve, bajo el tono de la voz, no me miro a los ojos y me preguntó ha tenido relaciones homosexuales… al responderle que si, y que además tenía una pareja y que estábamos felices por los avances de la corte…y empecé a explicarle lo de L.G.B.T., ella no respondió en ese cuestionario a la pregunta ni si, ni no, solo trazó una raya larga cercas de la pregunta…la 9, continuo con las otras, hasta terminar toda la encuesta, me pidió que firmará; y yo de inmediato me desabotoné el puño de la camisa, pensando que acto seguido me inyectaría la aguja y demostraríamos una vez mas en menos de ocho días que este país esta incluyendo a los maricas, pero me llamo a parte y me dijo; Señor por su condición homosexual, los protocolos de donación de sangre le impiden donar, yo insistí le dije que tenía pareja estable, que éramos sanos, que sometiera mi sangre a una revisión, pero me lo negó con su cabeza y se fue, al lado dos señoras, me miraban con preocupación, de seguro creerían que tenía sida.

Me lo esperaba, comprobé lo de mis amigos, hasta nuestra sangre es mirada con despreció, nos negaron la oportunidad heroica de salvar una vida, nos siguen señalando como portadores de enfermedades a las lesbianas, gay, bisexuales y algunos transgeneristas; simplemente por ser nosotros, por nuestra mala fama de promiscuidad, pues aunque salimos de los anales de las enfermedades en el vademécum médico; seguimos siendo una sombra de sospecha en los protocolos de procedimiento médico y en el imaginario de los profesionales de la salud de ser potenciales portadores de las enfermedades de transmisión sexual.

La legislación de la cruz roja Internacional y la resolución 1571 del decreto reglamentario 1993 que normaliza la donación de sangre en Colombia. Recomienda la exclusión de donantes que presenten hábitos de riesgo para la transmisión de enfermedades como el HIV, hepatitis, etc., pero esto debería ser fruto de un examen de laboratorio, y unas pruebas de rigurosidad para todas las muestras del donante que adviertan peligrosidad y no ha prejuicios y razones excluyentes por las tendencias sexuales

Pero estas prácticas homofóbicas de las organizaciones internacionales humanitarias están presentes en los protocolos de la Cruz, Roja, en la dirección del Servicio Seccional de salud de Antioquia y de Metrosalud; además, cuelgan de carteleras, de puertas y avisos en los fríos pasillos hospitalarios; y sobre todo, de las mentes de los servidores de la salud: “los Homosexuales no pueden donar sangre, pues…es un colectivo con un alto riesgo de ser seropositivos”,

A pesar de que esta es una práctica excluyente presente en casi todos los países de América y Europa, se entiende que la precaución no es sobre la población LGBT, pues nuestra identidad sexual, no implica un elemento enfermizo como fruto de la inmoralidad o del desorden contra lo mal llamado conducto natural; pues las enfermedades sexuales no son exclusivas de los homosexuales, ni las heredamos por nuestra condición lesbico, gay, bisexual o transgenerista, sino que es un riesgo al que se exponen todos los seres humanos y cuya solución no esta en ataques homofobicos sino en responsabilidad individual y colectiva de todos y todas para tener respeto por nuestra propia vida y la de los demás.

Los bancos de donación de sangre padagogizando el decreto disponen de unos documentos que han de leer a los donante, en ellos figuran las circunstancias en las que no se debe donar sangre. Circunstancias como haber padecido hepatitis o ser portador de vih, y si bien el decreto excluye de donar sangre a cualquier persona, independientemente de su orientación sexual, que realice prácticas sexuales no protegidas, los bancos leen solo prácticas homosexuales.

Vuelve y juega mi hipótesis, la homofobia, lesbofobia, transfobia (lgbtfobia) es una práctica sistemática en Colombia, presenten en sus instituciones y culturas. A pesar de que el derecho a la no discriminación y el derecho a la igualdad ante la ley los protegen la Declaración Universal de Derechos Humanos (Artículos 2 y 7), el Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos (Artículos 2 y 26) y por el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales (Artículo 14). El Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sostuvo en el caso de Toonen contra Australia (1994) que las provisiones antidiscriminatorias existentes en los Artículos 2 y 26 del Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos debían interpretarse como incluyentes de la orientación sexual como condición protegida. Muchos otros mecanismos de derechos humanos de las Naciones Unidas han condenado consecutivamente la discriminación basada en la orientación sexual, en la práctica es algo recurrente.

Hace poco escuche en una reunión de la población LGBT que deberíamos hacer una campaña para el día del donante de sangre, pues manos a la obra vamos a ir todos y todas los de la población lgbt a clínicas y hospitales a donar sangre…nos rechazaran?, seguro que sí, les entregaran el mismo papel que a mi, pero dejaremos la evidencia que hombres mujeres, letrados, funcionarios, empleados, deportistas, gays, lesbianas, transgeneristas o bisexuales, tenemos sangre, sangre buena y digna sangre que al igual que los miles de heterosexuales que asumen ese gesto de solidaridad, nuestra sangre también tiñe de rojo, y que espera salir algún día de la represión para salvar vidas