A fuerza de tesón y compromiso la Marcha de la Dignidad LGBTI en Santiago de Cali es ya una realidad; el próximo sábado 28 de junio a las 3 de la tarde en la Plazoleta de las Banderas (ó Parque Panamericano), ubicado en la Calle Quinta entre carreas 34 y 36, se dará un paso de suma importancia para el sector GLBTI de la ciudad y la región.
Muchos caleños y caleñas han insistido en que Cali no tenga su propia marcha, y no la apoyan, o en su defecto prefieren viajar a la de Bogotá (la que por cierto se llevará a cabo el día siguiente, 29 de junio, y a la cual la Marcha de la Dignidad GLBTI también apoya). Sea por esnobismo o por temor a visibilizarse en su propia ciudad, esta actitud no es consecuente ni responsable para una ciudad como Cali, que ha atravesado importantes procesos de visibilización y empoderamiento, sea de orden civil o en el terreno de la institucionalidad como la creación de mesas de trabajo GLBT con entidades gubernamentales y confluencias por muchos conocidas.
Dificultades ha habido muchas, incluidas las que ocurren y siguen ocurriendo al interior del sector GLBTI (ongs, colectivos de trabajo cívico, agrupaciones culturales y deportivas,etc.); sin embargo ninguna de estas organizaciones tendría su razón de ser si no vienen acompañadas, e incluso refutadas y confrontadas por la misma sociedad civil, y en particular por la del sector GLBTI.
El juego de identidades que se construye en este tipo de procesos es complicado de evaluar: algunos no se sentirán identificados con distintivos gays, bisexuales, lésbicos, transgénero; otros todavía conservarán la autoestigamtización que los arroja al llamado closet, otros preferirán mirar desde la barrera la marcha; otros, convocados por la ilusión de la inclusión (desde el mercado o la posición social) considerarán que no tiene sentido marchar por derechos, a los que incluso en algún momento de su vidas tendrán que apelar...
No obtante, la marginalidad del sector GLBTI aún choca, toca la fibra de una sociedad colombiana polarizada, que ha olvidado el valor y la dignidad de buena parte de su población y especialmente de las que responden a la diversidad, de género, sexual, de etnia, de condición social.
Amamos decir que somos la capital de la salsa, la capital de las mujeres bellas, la capital deportiva de América, la ciudad del chontaduro, el borojó y el cholado. Si también amáramos decir que somos (proyectamos ser) la capital de la armonía, del respeto a la diversidad, de la inclusión) estaríamos dando un paso más.
Invitamos a que ese paso sea dado este próximo sábado 28 de junio.
John Alexander Castañeda
Muchos caleños y caleñas han insistido en que Cali no tenga su propia marcha, y no la apoyan, o en su defecto prefieren viajar a la de Bogotá (la que por cierto se llevará a cabo el día siguiente, 29 de junio, y a la cual la Marcha de la Dignidad GLBTI también apoya). Sea por esnobismo o por temor a visibilizarse en su propia ciudad, esta actitud no es consecuente ni responsable para una ciudad como Cali, que ha atravesado importantes procesos de visibilización y empoderamiento, sea de orden civil o en el terreno de la institucionalidad como la creación de mesas de trabajo GLBT con entidades gubernamentales y confluencias por muchos conocidas.
Dificultades ha habido muchas, incluidas las que ocurren y siguen ocurriendo al interior del sector GLBTI (ongs, colectivos de trabajo cívico, agrupaciones culturales y deportivas,etc.); sin embargo ninguna de estas organizaciones tendría su razón de ser si no vienen acompañadas, e incluso refutadas y confrontadas por la misma sociedad civil, y en particular por la del sector GLBTI.
El juego de identidades que se construye en este tipo de procesos es complicado de evaluar: algunos no se sentirán identificados con distintivos gays, bisexuales, lésbicos, transgénero; otros todavía conservarán la autoestigamtización que los arroja al llamado closet, otros preferirán mirar desde la barrera la marcha; otros, convocados por la ilusión de la inclusión (desde el mercado o la posición social) considerarán que no tiene sentido marchar por derechos, a los que incluso en algún momento de su vidas tendrán que apelar...
No obtante, la marginalidad del sector GLBTI aún choca, toca la fibra de una sociedad colombiana polarizada, que ha olvidado el valor y la dignidad de buena parte de su población y especialmente de las que responden a la diversidad, de género, sexual, de etnia, de condición social.
Amamos decir que somos la capital de la salsa, la capital de las mujeres bellas, la capital deportiva de América, la ciudad del chontaduro, el borojó y el cholado. Si también amáramos decir que somos (proyectamos ser) la capital de la armonía, del respeto a la diversidad, de la inclusión) estaríamos dando un paso más.
Invitamos a que ese paso sea dado este próximo sábado 28 de junio.
John Alexander Castañeda
4 comentarios:
¡a marchar!
Saludos y un gran abrazo
Siiiiii por Nuestra comunidad.
Desde Medellín los apoyamos.
Cali nuestra ciudad hermana.
Por acá la marcha será el 29.
Buena suerte para todos.
SOY DE FUNDACION UN MUNICIPIO UN POCO OLVIDADO DEL MAGDALENA Y DESDE ACA ENVIO MI VOZ DE APOYO A ESTA CAMPAÑA TAN LINDA.. LES DESEO LO MEJOR EN ESE DIA Y OJALA TODO SALGA SEGUN SUS PLANES BESOS....
Publicar un comentario